miércoles, 30 de mayo de 2012

Un partido raro

Sin dudas, fue un partido raro. Primero, no hubo relatos ininterrumpidos con voz aguda durante el match, además Chachi se comportó cual Valdano en una cena de protocolo, y finalmente Legnini se convirtió en un despiadado émulo de Blas A. Giunta.

El notable control de balón
de Palanca.
Vayamos por partes. El silencio en el verde field fue atronador, por primera vez se pudo escuchar "la multiplicidad de pajaritos que le daban rienda suelta a su trinar" (Maronna dixit, ver octavo párrafo). La ausencia del Manatí del Gol, por supuesto, redundó en la carencia de un tanteador abultado, pero el detalle más singular fue que los oídos resultaron más descansados, tal es así que todos olvidaron el cronómetro y finalmente se jugó más de una hora y media, con los correspondientes dolores musculares y óseos.

El famoso remate bumerán
de Negrolito.
Ni siquiera se lo escuchó a Chachi, vea usted. Es que el renegado player mostró su faceta más serena, parecía el príncipe Guillermo de Holanda después de una noche de Fernet. Estuvo medido, ubicado, silencioso, casi narcotizado podría decirse. Incluso el balón traspuso en repetidas ocasiones los límites del estadio, pero en ninguna oportunidad impulsado por la humanidad de Chachi. Quizás extrañaba a Cecé.

El inagotable entrenamiento
de La Araña.
Sin embargo, Legnini pareció necesitado del vértigo veronístico y de a poco se transfiguró, como si le hubiese chupado la energía a Chachi. Primero arengó: "Si salimos a cortar, con todo, sin dudar". Luego perdió sus formas de gentleman y bramó: "¡Vamos, que no pase el jugador!". Y finalmente se desencajó en cada jugada y espetó: "¡Trabalo! ¡Matalo!". Un dandi convertido en mister Hyde. Irreconocible, La Araña.

Torriglia siempre tiene un par de jugadas que caracterizan su estilo aguerrido. La víctima de El Carnicero Económico esta vez fue Loja, que terminó adolorido y moreteado luego de que Alvarito le hiciera sentir el rigor al marcarlo desde atrás. Loja declaró tras el cotejo: "El problema es que Torriglia no tiene carne, es todo hueso".

El habitual festejo de gol de Palanca.
(El Loco de la) Palanca, fiel a su costumbre, volvió a abultar las redes. Si bien pareció sufrir el síndrome del trece, logró conquistar tres dianas y celebró sus dieciséis goles en sumatoria. De esta manera se consolidó como goleador histórico del Estadio Doménico Chindamo, ya que solamente se tienen en cuenta los partidos en los que (efectivamente) se llevó la cuenta, mientras algunos que se dicen goleadores eligieron la comodidad de no sumar sus tantos y su sumatoria personal cayó en el incomprobable olvido.

Nombre player | Goles | Matches | Promedio
Palanca 16 5 3,20
Zamba 15 16 0,93
Couselo (*) 12 2 6,00
Tití 2 7 0,28
Pichirilo 1 1 1,00
Negrolito s/c s/c s/c
El Túnel s/c s/c s/c
Alvarito s/c s/c s/c
Loja s/c s/c s/c
Buffy s/c s/c s/c
Forni s/c s/c s/c
La Araña s/c s/c s/c
Julián s/c s/c s/c
Chachi s/c s/c s/c
Catarrito 0 1 0,00
Nota: solamente se contabilizan los partidos comprobados ante el escribano oficial del Chindamo; donde figura s/c significa "sin contabilizar". Este blog propone una solución salomónica y comenzar desde cero en el próximo match chindamístico.
(*) Tiene tres goles que la Confederación Chindamística de Fútbol Profesional (Cochifupro) tiene en revisión, ya que hay denuncias de que habrían sido contabilizados como regalo de cumpleaños.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deje su comentario, dele nomás