miércoles, 16 de mayo de 2012

Nace otra estrella

Suele decirse en ciertos ámbitos que el Chindamo es una máquina de crear estrellas fugaces, flores de un día, mariposas que baten sus alas sólo hasta el amanecer. Así lo demostraron las últimas incorporaciones de la institución, que enceguecieron con su fulgor en su debut pero se apagaron tan pronto como la fama se les subió a sus respectivas cabezas. Lo que nadie esperaba era que Pichirilo en su aparición en el verde césped chindamil dejara tan grata impresión.

Imagen de archivo
(faltó el fotógrafo)
Mostrándose habitualmente en su diario trajín detrás de un gris escritorio y aquejado por graves lesiones, Pichi decidió una reentré de perfil bajo. Pidió el arco (que jamás se le niega a nadie) y apareció con sus guantes, pero a poco de iniciada la contienda se animó, cruzó mitad de cancha y, mano en alto, pidió la descarga. El soberbio remate sorprendió a propios y extraños, más aún cuando combinó potencia con baja altura, sin riesgo de que la pelota se fuera al patio de la vecina, casi-casi como el golazo de Trezeguet a Ferro, vea usted. Todos supimos entonces que ya se había ganado el galardón al jugador de la fecha.

Pero tenía más para dar. Lo demostró cuando, ya habiendo cedido los guantes y compenetrado en su función de delantero, la peleó junto al lateral y sacó un remate bajo que dio en la base del primer palo, recorrió la línea de gol y el poste opuesto devolvió el balón al campo.

Sin embargo, una actuación que bien podría haberle valido la puntuación perfecta se desdibujó ante una evidente actitud genuflexa. Con Torriglia en el arco, Pichirilo hizo todo lo posible para evitar que la pelota traspusiera la línea de gol que custodiaba su jefe. Incluso recurrió a un ardid que demostró tanto talento como obsecuencia: en cambio de apuntar su disparo hacia el arco, hizo rebotar la pelota en un defensor para que el gol fuese en contra y no fuera acusado de vencer a su empleador.

En tanto, Palanca, otro de los cracks que no supieron mantener el nivel de su debut, se empeña en recuperar el cetro. Mientras la votación que lo enfrenta a MVP Andresito y La Araña Legnini por la estatuilla de "mejor incorporación chindamística 2011/2012" lo tiene como líder indiscutible, El Loco de la Palanca empieza a levantar cabeza y demostrar que tiene mucho para dar. También asegura que él mismo lleva la cuenta de sus dianas, en un número que deberá ser ratificado por el estadista del Decano. Pero no sólo surgió Pichirilo como contendiente de Palanca, sino también un tapado: Tití.

Tras la ya mítica frase "no le puedo pegar, yo soy nuevo", Negrolito perdió las formas y le reclamó a viva voz que rematara al arco. Y el reproche surtió efecto: Tití convirtió y también estrelló un disparo en el ángulo. Concluido el cotejo, La Araña Legnini quiso felicitarlo telefónicamente, pero su amigo había apagado el celular para evitar el acoso de la prensa.

Los tantos de El Manatí del Gol le dieron la victoria al equipo de Cecé en la cancha, pero una jugada inesperada en los escritorios de la Confederación Chindamística de Fútbol Profesional (Cochifupro) podrían dejarlo con las manos vacías. Es que un alto dirigente fue alertado sobre irregularidades que se referían a la posibilidad de que El Manatí hubiese recibido de regalo de cumpleaños asistencias no ya de sus compañeros sino de sus rivales, lo que motivó una investigación (sumario #00.001) que sigue su curso y podría retirarle los puntos al conjunto vencedor. Ampliaremos.

El partido se cerró con una pedorra anotación de Loja, que aprovechó diecisiete rebotes en el área para mandarla a guardar. Pero quizás el gran ganador de la jornada haya sido alguien que pasó inadvertido. Negrolito se desentendió a medio camino de su responsabilidad como organizador y delegó la convocatoria en Zamba, otrora acusado de provocar desatres climáticos que no favorecen la práctica del noble deporte del balompié. Sin embargo, Zamba cumplió con su parte y, aun así, el Chindamo vivió un verdadero día peronista.

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