miércoles, 12 de octubre de 2011

Un equipo con identidad

El cotejo en el Chindamo dio comienzo con el ineludible minuto de silencio dedicado a dos seres inolvidables que pisaron el césped de la gloriosa institución. Daniel Leñini, quien supo destacarse como destacada figura en este mismo estadio, sufrió una grave lesión y sus preocupaciones debido a la hinchazón y endurecimiento de los músculos de su pierna derecha terminaron por convertirse en una despiadada realidad. Su partida dejará un gran vacío en el sector noroeste de la cancha. Fisu Melchor, mediocampista que otrora supo mostrar convicción y dotes de estadista, también pasó ayer a mejor vida, aunque algunos sospechan que su fallecimiento obedece a la interminable lista de excesos previos a sus días como futbolista. Nunca los olvidaremos.

Ya lanzados de lleno al cotejo de la jornada, uno de los bandos se alineó con los mismos nombres que desempeñan sus tareas en Internet. Así, primero se propuso un partido entre Internet y El Resto del Mundo, pero el rival de inmediato adoptó de manera natural su propia identidad: había nacido el equipo de Los Putos, con Buffy como orgulloso y carismático capitán.

En pleno match, Los Putos demostraron gran entereza y versatilidad. Los cánticos de la hinchada que repetían "a estos puuuutos les tenemos que ganar..." no fueron tomados como una ofensa sino como la ratificación de que enfrente se paraba un equipo sólido e inclaudicable. Chachi Verona y Carlitos Forni llegaron con demora y se sumaron uno a cada bando. El Negrolito, salomónico capitán de Internet, resolvió con una simple pregunta a qué equipo debía agregarse cada player. "Chachi, ¿quién es más puto? ¿Vos o Forni?", le inquirió. Verona estuvo a un paso de alistarse en el equipo de Internet, pero tras un instante de duda se sinceró y en un solo movimiento se sumó a Los Putos.
(Nota para el Inadi: la denominación Los Putos no obedece a inclinaciones políticas, religiosas, raciales o futbolísticas.)
El partido de fútbol, pese al entusiasmo de Los Putos, fue una porquería. El citado entusiasmo se percibió en la cantidad de oportunidades en que el balón traspuso los límites del estadio y obligó a los contendientes a exhibir su dotes acrobáticas para trepar las paredes perimetrales en busca del esférico.


Se vivieron momentos de tensión cuando El Túnel Fernández, de honroso desempeño en la cancha, quedó estancado en el canto de un muro y sólo atinó a lograr un precario equilibrio gracias al contrapeso de sus redondeces posteriores. Después de 17 minutos de intentar distintos métodos de salvataje, los jugadores lo abandonaron vergonzosamente en las alturas y nadie supo luego de qué manera logró regresar al césped. 

Y se contabilizó un nuevo lesionado, el siempre raudo Matías Loja, que intentó driblear en la zona de los trebolitos asesinos y terminó despachurrado y lamentando de manera desconsolada una torcedura de tobillo.

El pleito se dirimió a favor de Internet, pero el resultado no fue óbice para que Cecé dejara a Los Putos bien parados. Tras una gran contención del portero Matías Petisce, ya en las postrimerías del cotejo, el gallardo delantero quedó de espaldas al arco y resolvió con un fenomenal taco para convertir la última diana del match de manera inolvidable.

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