miércoles, 9 de noviembre de 2011

Crónica de una partida

Fiel a su estilo, Chindamo News intentó nutrirse de rumores y comentarios al azar para dar forma a una crónica imparcial y objetiva, pero se encontró con un cerrado hermetismo por parte de players y testigos ocasionales. Nadie quiso hablar. Hasta que llegó una crónica a esta redacción. "Viene de arriba, hay que publicarla tal como está", fue la única explicación. Sin embargo, dicha crónica omitía un episodio que bien vale reflejar en estas páginas. Buffy llegó al Polideportivo Bondino vistiendo de manera casual, con una casaca albiceleste bajo el sobaco. Saludó a Tomás de forma amena pero la respuesta fue poco cortés.Se topó con reproches por su impuntualidad y quejas por un supuesto trabajo mal realizado. El gesto de Buffy fue por demás de elocuente, tanto que tras un intercambio de sentencias desconcertantes Bondino aclaró: "Yo no soy Tomás". La aseveración, que en cualquier otro contexto hubiese sido innecesaria, se tornaba imperiosa para subsanar el malentendido. No era Tomás Bondino, efectivamente, sino su clon perfecto de mismo apellido, y Buffy no era un empleado del polideportivo sino un veterano futbolista del Chindamo.
Sin más, la crónica.

►Un match pedorro

Al mal tiempo, buena cara... y más Chindamo. Pese al inclemente clima la jornada futbolística correspondiente a la Semana de las Colectividades se llevó a cabo sin mayores contratiempos.

Tras la violenta tormenta de la noche previa, y pese a los ruegos e imploraciones a San La Lluvia para que no desatara el terrible meteoro que todos vaticinaban devastador, el Chindamo alternativo, con techo y césped sintético, abrió sus puertas para los presurosos (y sudorosos) players chindamistas, que en buen número se llegaron hasta la sede B a despuntar el noble vicio de la redonda.

Igual que el Bichi Borghi en la selección chilena, dos jugadores fueron desafectados por el estado deplorable en el que se presentaron a practicar el deporte más bello del mundo. Ni Chachi Verona ni Araña Lenine fueron de la partida esta vez, pero sus lugares fueron ocupados con hidalguía y entusiasmo.

El trámite del match fue bastante pedorro, justo es decirlo, y nadie sobresalió demasiado, necesario es recalcarlo. Del resultado casi nadie se acuerda, hubo goles pero no de gran factura.

Lo único rescatable fue la actuación de Sócrates, no el elegante delantero brasileño de la década del 80 sino el perrito de los Bondino Brothers, y los gritos desesperados de Tomasito para que el cuzquito saliera de una vez por todas del field.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Deje su comentario, dele nomás