Era el regreso soñado. Ya casi estaba llamando a esta redacción para deletrear su apellido, para que no hubiese errores a la hora de resaltar la figura de la cancha.
Con los bríos renovados y una condición física inmejorable, Marianito había regresado a las canchas tras largos años de ausencia. Su primer contacto con el esférico fue deplorable. En algún momento quiso pararla junto a la línea de cal y el balón pasó burlonamente bajo su suela. Quiso aguantarla de espaldas al arco perola pelota rebotó contra su disminuida humanidad y salió perfecta para el contraataque. Se perdió un gol abajo de la arco, y casi choca contra el poste en una jugada parentinesca.
Pero jamás se dio por vencido, hasta que se le abrió el arco. Y el Chindamo recuperó al Mariano Veresniqui que las lesiones había marginado del campo de juego. Le salían todas.
Sin embargo, la mala fortuna hizo que su complicado apellido no saliera en las tapas de los medios gráficos deportivos. Un rival sufrió una grave lesión y su gran regreso quedó opacado por el destino.
Este medio quiso rendir tributo al esfuerzo y destacarlo como la figura de la cancha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Deje su comentario, dele nomás